Playlist

sábado, 20 de diciembre de 2014

Pereza, ocio y reflexiones del sábado del año

Hoy me he levantado con ganas de no hacer nada. Y venía hacia el ordenador con mil ideas sobre esta entrada, pero la mayoría han volado hacia la calle a hacer lo mismo que yo y tomarse un descanso.

Aparentemente esto no es tan gran problema: tras varias semanas de estudiar y escribir no pasa nada si me tomo mi primer sábado de vacaciones libre... ¿verdad?
Grave error. No me puedo estar quieta. Supongo que llevo demasiado tiempo teniendo trabajo y procrastinando cual malvada, pero yo ya no sé ni qué hacer ni qué no hacer.

Una opción sería escribir. No tengo bloqueo del escritor, creo, y tengo mil ideas que poner a papel. Mas simplemente no tengo ganas, ayer ya escribí una buena cantidad y hoy pretendía revisar el primer boceto de Luces de Tormenta... pero soy incapaz de hacerlo. Y me niego (con más bien poco resultado) a sentirme culpable por no escribir un día. Así que escribir descartado.

¡Siguiente idea! ¿Jugar a algún videojuego? No tengo ninguno nuevo ni siento el tirón de jugar a alguno otra vez (como el que tuve la semana pasada al empezar de nuevo Pokémon MM3). Y jugar sin ganas me parece un poco desaprovechar el tiempo. ¡Pasa palabra!

Por la derecha aparece una nueva opción: ponerme a entrenar algún truco nuevo con la fiera (mi podenca, Natasha, para quienes no la conozcan). Pero es que la pobre está enferma y, aunque tras los medicamentos se siente totalmente feliz (y eufórica. Tras el estado en que estaba ayer, es un cambio bienvenido verla con tantas ganas de jugar) pues va a ser que no es plan ponerse a jugar demasiado, no sea que se haga más daño.

¿Cuarta opción? (Y casi se me olvida el primer interrogante) Leer. Pero estamos como con los videojuegos: ayer me pasé tres o cuatro horas leyendo un fic que al final no me acabó de dejar buen sabor de boca y, tras tres días de fanguirleo extremo, la cosa ha terminado. Ya no hay más Mesdi en modo fanguirl leyendo fanfics y viendo AMVs como si se acabara el mundo. Y ahora mismo estoy leyendo A Dance With Dragons (he acabado ya los capítulos de mis personajes favoritos) y El Señor de los Anillos (a ver si esta vez me puedo acabar la saga) y no me apetece continuar.

Así que mirad, ¿sabéis qué? Me voy a dar una vuelta. Voy a olvidarme de todo lo que quiero hacer, había planeado hacer o debo hacer y saldré a que me de el aire. Porque a veces vale la pena tomarse unas vacaciones, incluso unas vacaciones de las vacaciones. Y cuando vuelva, quizás tenga más ganas de hacer cosas. Puede que vuelva con mil ideas, con grandes deseos de moverme.

Y si no, tampoco pasa nada. Me habré despejado y me habré desahogado escribiendo esto. Porque realmente, si dedico un día al relax, tampoco pasa nada.